En el mundo actual ambos términos suelen usarse sin hacer distinción uno de otro, cuando el caso es que de hecho, no son sinónimos. Se puede decir que los objetivos de la publicidad y la propaganda son diferentes, y de la misma forma, los métodos cambian, aunque el caso de ellas sea presentar una idea.
Sin embargo, antes de discernir las diferencias, explicamos de forma individual lo que es publicidad y propaganda.
La publicidad y La propaganda
Debemos entender por publicidad todos esos planes y anuncios que se hacen con la finalidad de promocionar y vender un producto o servicio, en ella entra una gran variedad de técnicas derivadas del marketing mix también conocido como “Las 4 P’s” creadas por un profesor de contabilidad en los Estados Unidos en la década de los 60`s, E. Jerome McCarthy y se basa en la promoción, precio, producto y plaza.
Algunas de las técnicas derivadas de toda esta mezcla son: anuncios televisivos, de radio, impresos e incluso anuncios virtuales en las redes sociales o sitios web. También tenemos el método de “sampling” que se basa en atraer a un cliente potencial y ofrecerle el producto para probarlo o hacer uso del mismo en el lugar.
Otra técnica es la de hacer publicidad en el mismo lugar donde pretendemos vender nuestro producto o servicio.
Por su parte, la propaganda está diseñada para captar aficionados a una ideología ya sea política o religiosa, y pretende influir en la actitud de las personas, incluso hasta el punto de intentar modificar su forma de pensar de forma drástica, para así agregar seguidores a un grupo o creencia. La propaganda no está ligada al ámbito comercial sino a las razones políticas, de ideología y religión.
Para ejemplificar la propaganda política, tenemos las campañas electorales donde los candidatos expresan sus promesas a los electores para ganar su aprecio y de la misma forma sus votos, a su vez las campañas de ideología pretenden ganar adeptos con discursos y usan ciertos métodos publicitarios para su fin propagandístico al igual que los discursos religiosos en los que se pretende intimidar a las personas para que se unan a sus iglesias, sectas o cultos.
Evita confundir
Hay que tener cuidado en confundir a la publicidad institucional con la propaganda gubernamental, esta clase de publicidad no pretende vender ningún producto ni servicio, pero tampoco pretende llegar al punto de cambiar la actitud.
El objetivo de esta publicidad es de hecho, que los gobernantes o instituciones puedan enviar el mensaje a la comunidad de sus deberes y derechos, y la promoción de los valores más no de “obligarlos” a cambiar en ningún aspecto, más que ello es casi una sugerencia.
Las diferencias
Por lo que ahora, que hemos establecido los conceptos básicos de la publicidad y la propaganda y sus funciones elementales, podemos darnos cuenta de que no son ni remotamente un sinónimo y debemos discriminar cuando usar un término o el otro, ahora bien, si queremos señalar de forma directa las diferencias entre estas dos, tenemos que:
Las acciones directas de la publicidad pretenden vender un producto o servicio mientras que las acciones de la propaganda pretenden ganar adeptos para promover su ideología política o religiosa.
La propaganda no está ligada al comercio y de hecho no es absolutamente necesario para la propaganda el contar con un fondo monetario mientras que la publicidad necesita generalmente de un impulso para pagar todos sus anuncios y seguir vendiendo el producto o servicio.
Claramente la publicidad y la propaganda son diferentes, pero en ocasiones se entrelazan ya que ambas tienen el mismo propósito o fin, llegar al público en general.
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